martes, 12 de diciembre de 2006

Cómo distribuir adecuadamente los cuadros


Los cuadros llevan mucho tiempo reinando como complemento ideal para conseguir un hogar acogedor y armónico. Su ubicación nos abre distintas posibilidades que nos darán unas impresiones u otras. Muchas personas colocan sus pinturas en el espacio de pared que primero encuentran, sin tener en cuenta si ese es el mejor lugar para colgarlas.
Aunar la temática de los lienzos con la estancia en cuestión requiere cierto criterio. Asimismo, la dimensión de determinados retratos o paisajes en habitaciones ya de por sí muy cargadas con mobiliario y otros accesorios, confunde los elementos y reduce la armonía visual. Con el fin de orientarte, hemos elaborado una guía sorprendentemente útil.

Ideas para el salón

El salón es el lugar de la casa donde habitualmente encontramos más cuadros. Dependiendo de las características del centro de reunión por excelencia de tu hogar, habrá que utilizar una colocación u otra, además de diferentes colores.


Hay varias posibilidades: Si tienes un salón pequeño, para dar más amplitud, es esencial reducir la cantidad de imágenes. Igualmente, resulta acertado optar por ejemplares grandes que aporten una clara sensación decorativa en la pared, pero sin recargarla.
Si tu salón es rústico y prima la madera por encima de otros materiales, es preferible decorar las paredes con cuadros sin marcos realizados en este material: los bordes combinarán con el tono de la pared. También resulta magnífico apostar por láminas enmarcadas en cristal, preferiblemente mate, y paspartú.
Los salones dotados de escaleras de obra ofrecen una alternativa excelente, ya que no hay nada mejor que recorrer los peldaños admirando una hilera de pinturas dispuestas diagonalmente .

En los salones con poca luz, como los pisos bajos, es bueno tener cuadros con tonos suaves para dar más claridad.
Si tienes en el salón una zona de comedor en forma de L donde situar la mesa principal y las sillas, puedes decorarlo de muchas maneras dependiendo de la amplitud de la pared. Asimismo, los motivos de las láminas pueden ser muy variados. Lo más usual es decorar con flores y bodegones, aunque esto puede variar en función del gusto de cada uno.
Es aconsejable que los tonos de los marcos sean parecidos a los del color de la mesa y las sillas. El color de los mismos debe ser acorde con el de la mesa del comedor, como norma general. En este sentido, si es blanca, la tonalidad de las molduras debe ser suave, nunca en un tono marrón oscuro.

Encima de los sofás. El espacio que queda encima del sofá ofrece múltiples combinaciones. Debes tener en cuenta que se trata de un lugar determinante para la armonía de tu salón. Vamos a ver las diferentes posibilidades:
En salones de reducidas dimensiones, la zona del sofá es conveniente decorarla con espejos grandes y marcos amplios, que dan un aire de holgura.
En una pared grande, colocaremos trípticos, cuadros grandes o agrupaciones de modelos pequeños, pero siempre debe haber una coherencia, es decir, varias escenas relacionadas con el mismo tema: plantas, paisajes, muñecas... En estos casos, la disposición estará marcada en función de su tamaño.

Hay una regla fundamental para colocarlos: cuanto menor sea el tamaño de los cuadros, menor tendrá que ser la distancia entre ellos. Igualmente, cuanto más grandes sean los mismos, mayor distancia tendremos que dejar. La razón de esta norma está en la correcta composición del conjunto, por eso es importante que el ancho de los cuadros no mida más que el espacio que dejamos entre ellos. Además, en esta zona de la pared, se recomienda colocar láminas agrupadas en parejas, para dar una imagen lineal.
Si la pared del sofá es muy larga, y además de este elemento tienes un mueble auxiliar, puedes decorar la parte correspondiente al primero con cuadros grandes, y la del segundo con lienzos más pequeños, pero en la línea de los anteriores. Los motivos de las pinturas no tienen por qué coincidir, pero el marco debe ser del mismo estilo.

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